Des de la Xarxa ens sumem a la crida que fa la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG) a la comunitat internacional, sobre la situació que es viu a l’Afganistan amb motiu del retorn al poder dels talibans.
17 de agosto de 2021
A LA ONU
AL SISTEMA EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Luego de que los talibanes ingresaron al palacio presidencial en Kabul y asumieron el gobierno de Afganistán el 15 de agosto de 2021, la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG) expresa su preocupación por la amenaza que este hecho representa para la vida, la integridad y la libertad de las mujeres y las niñas afganas, particularmente de las mujeres periodistas, que por su condición de género y ejercer su derecho a comunicar e informar, enfrentan un doble riesgo.
Afganistán es considerado entre los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo de acuerdo con el Informe de Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de Reporteros Sin Fronteras. Sin embargo, desde que el gobierno de Kabul inició las conversaciones de paz con los talibanes en septiembre del 2020, la violencia contra la prensa se recrudeció.
De 2005 a la fecha, han asesinado a 16 mujeres periodistas en ese país, 5 de estos crímenes fueron cometidos en un lapso de 7 meses. El 2 de marzo del 2021, las periodistas Mursal Wahidi, Sadia Sadat y Shahnaz Roafi, fueron asesinadas a tiros, en dos ataques por separado y casi simultáneos de grupos armados, quienes les dispararon luego de que salieron de la estación de radio y televisión Enikas donde laboraban en la ciudad de Jalalabad, Afganistán.
Tres meses antes, el 10 de diciembre del 2020, ya había sido asesinada la periodista de esa misma emisora Malalai Maiwand junto con su conductor. Y recientemente, el 3 de junio del presente año, fue asesinada la periodista Mina Khairi, en un ataque que también se cobró la vida de su madre, su hermana y otros dos pasajeros del transporte público en el que viajaba.
Como consecuencia de esta escalada de violencia, al menos 300 mujeres periodistas y trabajadoras de la prensa han renunciado por los asesinatos selectivos y amenazas a su seguridad, o han perdido su trabajo por la crisis financiera que enfrentan los medios de comunicación por la pandemia.
Un reciente estudio del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) en 34 provincias de Afganistán, revela que de las 1,678 mujeres y jóvenes que estaban trabajando en medios de comunicación en todo el país, el número se ha reducido a 1,377. Mientras que la Coalición por las Mujeres en el Periodismo (CFWIJ) ha documentado que Afganistán ocupa el primer lugar entre los países donde las mujeres periodistas corren mayor riesgo.
Las periodistas y las comunicadoras hoy están doblemente amenazadas por este grupo insurgente que limita los derechos, censura y coarta las voces de las mujeres.
Durante la gestión del gobierno talibán de 1996 hasta 2001, se impuso una versión estricta del islam el cual instaura un orden social que limita, violenta y restringe los derechos de las mujeres y las niñas. Este retroceso en sus derechos, particularmente al acceso a la educación de las niñas y actividades laborales, representa la pérdida de las libertades que paulatinamente fueron conquistando las afganas en las últimas dos décadas.
• La Red Internacional de Periodistas con Visión de Género hace un llamado urgente al Sistema de Naciones Unidas y al Sistema Europeo de Derechos Humanos para que garanticen la vida, la seguridad, la protección, evacuación, refugio y asilo para las mujeres periodistas de Afganistán, ante la inminente amenaza que enfrentan por su género y por su ejercicio profesional, aunado a ideas, creencias y prejuicios que contravienen los derechos humanos.
• Llamamos a implementar todas las medidas de protección necesarias para que las periodistas puedan seguir ejerciendo su derecho a comunicar, informar y opinar libres de todo tipo de violencia.
• Asimismo, esta Red se suma al llamado a la comunidad internacional para exigir al poder talibán mantener abiertas las fronteras para que todas las personas, particularmente las mujeres periodistas, que deseen abandonar Afganistán puedan hacerlo en condiciones seguras.