El 1 de enero de 1942, en plena II Guerra Mundial, los representantes de los gobiernos de Estados Unidos de América, Gran Bretaña, la URSS y China, firmaron un breve documento que después se conocería como la Declaración de las Naciones Unidas. Al día siguiente se sumaron los representantes de otros 22 países. En este documento, los signatarios se comprometían a poner el máximo esfuerzo por luchar contra las Potencias del Eje (Alemania-Italia-Japón) ya no firmar una paz por separado.