Déguène Eufemia Seck Martín: “La mejor lucha contra el racismo es el conocimiento”

Déguène Eufemia Seck Martín: “La mejor lucha contra el racismo es el conocimiento”

Por Sonia Potoy y J. Palomés

Déguène Eufemia Seck Martín, nacida en Barcelona e hija de padre senegalés y madre española, es miembro del área de Educación de la Coordinadora de Asociaciones Senegambianas de Cataluña (CASC) y colaboradora del CEAi (Centro de Estudios Africanos interculturales). Es jurista especializada en Derecho Internacional público y asesora especializada en arbitraje.

Explícanos tu periplo personal como activista del CASC.
Siempre, desde muy pequeña, he estado ligada a lo que ahora se denomina activismo. Mi padre fue de la primera generación de senegaleses en llegar a Cataluña como persona libre. Esto fue en 1971. Mi casa ha sido una casa abierta donde hallar consuelo, ayuda y reconectar con África a través de las comidas, las conversaciones hasta altas horas de la madrugada, soñando en construir un mundo mejor para sus descendientes. Además, hay dos personas que han hecho posible que yo hoy pueda poner a disposición de nuestra comunidad mis conocimientos: Abdou Mawa Ndiaye Ndaw, presidente de CASC y Jean Olivier Fitzgerald Niassy, responsable del Área de Educación de CASC. Se lo agradezco a ambos.

No me he desvinculado nunca de la diáspora senegalesa, incluso durante los años vividos en Suiza, que es donde estudié un Máster y viví durante diez años, pero hay periodos de reafirmación y otros de distanciación como es propio de la evolución. Cuando regresé a Barcelona sufrí un choque muy fuerte y necesité un periodo de readaptación, porque percibí que la reputación de nuestra comunidad era muy diferente que la que tenía cuando yo era más pequeña. El camino que trazó mi padre me reencontró. Una chica joven, mujer, mestiza… ni de aquí ni de allá. ¡No es fácil encontrar un espacio y ser aceptada porque siempre eres portadora de una parte intrusa! Quiero que las nuevas generaciones tengan la certeza que esta es nuestra casa, como nuestros mayores en aquella época nos lo hicieron sentir. Así pues, nunca puedo estar demasiado lejos de la comunidad, sea donde sea me acaba encontrando o yo a ella. ¡Herencia genética!

Qué objetivos tenéis en CASC y qué actividades lleváis a cabo?
Con la CASC (Coordinadora de Asociaciones Senegambianas de Cataluña), oficialmente senegalesas, yo me tomo la licencia de añadir gambianas porque son tierras hermanas. La CASC, pues, es el equivalente a una Federación, un paraguas para las asociaciones de todo el territorio de Cataluña. El área de educación, la vocalía de la cual soy miembro, tiene un objetivo muy claro: la lucha contra el abandono escolar prematuro. Esta lucha se articula alrededor del proyecto de Senexcelència, un programa transversal que a través del apoyo individualizado, el acompañamiento y la sensibilización comunitaria pretende implicar a todos los agentes que convergen durante la trayectoria académica de niños y jóvenes de origen senegalés en Cataluña. El contacto directo, diario y continuado con la comunidad hace que también apoye y ofrezca asesoramiento jurídico. Muy especialmente a mujeres y familias, una tarea intensa, pero muy reconfortante.

¿Cuántos ciudadanos senegaleses hay en Cataluña y en el Estado español?
Esta es una respuesta difícil de responder con precisión. ¿Desde qué momento consideramos una persona senegalesa? Hijas e hijos de progenitores senegaleses nacidos en el territorio con DNI, ¿se contabilizan como senegaleses? Los adultos naturalizados españoles, ¿continúan contabilizando como senegaleses? Pero si miramos los datos oficiales podemos hablar que en Cataluña hay 20.259 empadronados, pero se estima que superan los 30.000 de largo, y en el Estado español pueden haber más de 80.000. En Europa calculamos que hay más de un millón de ciudadanos senegaleses.

¿Cómo afrontáis el proceso migratorio las que sois hijos e hijas de origen migrante? ¿Hay tensión entre los conceptos “arraigo” y “desarraigo” en vuestro caso?
Migrar es un proceso; no es estático ni indefinido. Nadie migra toda la vida, porque migrar es movimiento. Nadie puede ser eternamente inmigrante una vez llegas a tu destino querido o asignado. Empiezas a escribir la historia del lugar que habitas, por lo tanto, el estado de inmigrante solo se establece dentro del marco puramente administrativo.

En mi caso, yo he vivido el proceso migratorio por extensión. He estado y estoy directamente vinculada a este proceso, porque tanto en el Estado español como en Catalunya cualquier persona no blanca está directamente asociada a la inmigración. Solemos decirlo por ignorancia, si no por ignorancia consciente.

Soy mestiza en una sociedad global que no acepta la dicotomía, con la contradicción de haber crecido en ella desde que me gestaba en el vientre de mi madre. No puedo escoger entre mi madre y mi padre como pretende esta sociedad. He crecido con dos culturas diferentes, dos colores de piel diferentes, dos religiones diferentes, dos continentes diferentes, dos o más lenguas diferentes. ¡Esto cada día! Yo no veo el problema y esto me ha permitido desarrollar unas excelentes herramientas de análisis, empatía, resiliencia y tolerancia que no son inherentes a mi persona, sino que son fruto de esta existencia. Solo puedo dar las gracias a mis progenitores y a mis orígenes.

¿Cuáles son los valores, costumbres o tradiciones que más impactan a los recién llegados?
Evidentemente hay diferencias culturales que generan un fuerte impacto en las personas que experimentan un proceso migratorio. En África, en general, el ser humano es la sociedad y tu persona cobra sentido por tu entorno social. Eres porque los otros son y, por el contrario, aquí es prioritario el individuo. Por eso el asociacionismo tiene un valor añadido a la diáspora, es una necesidad vital. Después, el respeto a los mayores, las jerarquías intrafamiliares, los roles sociales y familiares. Pueden ser un peso aquí, pero también pueden ser un péndulo si se encontrara el equilibrio deseado.

En cuanto a las tradiciones, en Cataluña todavía hay muchas festividades que esconden vestigios de la época colonial o esclavista e insto a su revisión para que las festividades contemplen la realidad de hoy y no continúen alimentándose de un pasado doloroso.

¿Qué peso tiene la religión entre la comunidad senegalesa?
La pluralidad religiosa en Europa, en general, es muy restrictiva. Esto contrasta con cómo se vive, por ejemplo, en el Senegal donde en una misma familia dos progenitores pueden practicar cada cual y con respeto su religión sin intentar cambiar o convertir el otro. Dicho esto, la religión tiene un peso muy importante dentro de la comunidad senegalesa, sea cual sea la práctica o confesión religiosa. Según las estadísticas el 70% de la población senegalesa es musulmana y el 30% restante es de práctica cristina, animista u otras.
La religión es sinónimo de espiritualidad. Esta espiritualidad es un equilibrador social y el origen animista está muy presente en cualquiera de las prácticas.

¿Cómo afrontáis desde la asociación el llamado “racismo institucional”? ¿Cómo se viven estas barreras en el momento de alquilar un piso o encontrar un trabajo?
El racismo institucional es un racismo estructural, fuertemente anclado en la sociedad del norte global. Entendemos que es aquella discriminación por razones de origen perpetrada por personas que lo hacen desde su posición de privilegio que perpetua la idea de la existencia de una jerarquía entre diferentes grupos humanos. Ahora hace falta que cuando se denuncien las acciones, las reparaciones y las penas sean consecuentes al delito de odio que es el racismo. Porque esconderse detrás de una institución no minimiza el acto racista.
Desde CASC se trabajan diferentes líneas de acción y en diferentes vocalías. Estas vocalías integran todas la interseccionalidad de género y el antirracismo.

Las dificultades al acceso a la vivienda para personas de origen negroafricano generan una serie de vulneraciones de los derechos humanos: artículo 17, artículo 22, artículo 27… Y no es solo esto, el desgaste que generan estas situaciones y las consecuencias son desproporcionadas.

Parece que vivimos tiempos convulsos donde la xenofobia, la discriminación y el racismo aumentan. ¿Cómo se lucha contra esto?
Sí, vivimos tiempos convulsos, pero si hacemos retrospección a más largo plazo no más que en otras épocas infestadas de regímenes dictatoriales, fascismos… Ahora bien, estamos justamente en un proceso preocupante de involución.

La mejor lucha contra estas doctrinas es el conocimiento. Dotar a los más jóvenes de conocimiento permite generar un argumentario para poder contrarrestar estas doctrinas. El desconocimiento es una fuerza implacable que nos perpetúa en espacios de victimización.

¿Cómo se lucha contra esto? Pues “desnormalizando» la práctica de la discriminación positiva en las instituciones públicas, aumentado las penas de los delitos de odio, la penalización de la discriminación del acceso a la vivienda y no solo supeditado al discurso público, la eliminación de la invisibilización de las madres negras africanas en la totalidad de la estructura social, que en los centros educativos haya justa representación de la diversidad del alumnado y una intransigencia absoluta de la criminalización, cosificación y la sexualización del cuerpo de las mujeres y hombres negros.

Hay feministas africanas que hablan de la prepotencia del feminismo blanco. ¿Cómo se valora esta “crítica” en vuestro colectivo?
Yo hablaría de apropiación. La mujer africana negra es precursora del feminismo que hoy entendemos como universal. ¿Cuál era el papel de la mujer africana negra en todo el continente africano antes de la llegada de los hombres blancos al continente y cuál era el papel que las mujeres blancas tenían en el continente europeo en aquella misma época? Si existiera el barómetro del feminismo veríamos donde se gestó el feminismo universal y cuáles son las raíces de los feminismos actuales.

El feminismo “streaming» utiliza la victimización, la infantilización, la invisibilización, la homogeneización, la discriminación, la estigmatización, la xenofobia, la negrofobia, el colorismo, la texturización… Una mujer, desde el privilegio, que ejerce violencia sobre otra mujer, vulnerada: ¿podemos denominar a esto feminismo?

En muchos países africanos se está despertando una necesaria conciencia descolonizadora. ¿Cómo se vive este proceso entre la diáspora senegalesa?
Actualmente nos encontramos en un periodo donde se está gestando el nuevo orden mundial. La conciencia descolonizadora no es de ahora. La voluntad descolonizadora existe desde que la sociedad toma conciencia de ser colonizada. Los procesos de «pseudoindependencia» de las colonias amortiguaron lo que habría podido ser una disociación real. Este es un proceso incluso personal, además de colectivo. Quizás sea controvertido mi razonamiento, pero pienso que la mente de la diáspora está más colonizada que la mente del continente. Ahora bien, la política del continente no es que esté colonizada, es la colonia. Pero el africano es africano en África; es cuando sale de África que los demonios de la colonización lo persiguen. Sería interesante analizar hasta qué punto es tu propio proceso y dónde empieza la instrumentalización de este proceso.

Más información: Coordinadora de Asociaciones Senegalesas de Catalunya