Por Alaa Karajah, periodista de la Corporación de Radiodifusión Palestina.
El Mediterráneo es la frontera más desigual del mundo si comparamos los niveles de vida en ambas orillas. Se ha convertido en un enorme cementerio para decenas de miles de hombres, mujeres y niños. y cada vez hay más violaciones de la democracia y los derechos humanos a ambos lados, y eso, por supuesto, nos afecta como mujeres.
En Palestina, la lucha por los derechos de la mujer no puede separarse de la lucha por los derechos y la condición de Estado. Las mujeres palestinas sufren la violencia de la ocupación y la machista.
La ocupación israelí es un factor de supresión de las libertades de las periodistas palestinas, ya que son víctimas de la represión y violaciones cometidas por las fuerzas de empleo israelíes, y atacan sistemáticamente a periodistas y medios de comunicación. Esto puede asustar a algunas mujeres periodistas a la hora de ejercer su profesión sobre el terreno por miedo a la violencia oa la detención.
Por otra parte, las periodistas palestinas se enfrentan a presiones sociales y de género que les dificultan el ejercicio de su profesión, lo que se traduce en la violación de sus derechos y en su marginación y les hace perder su trabajo. Por eso, las instituciones mediáticas prefieren a menudo emplear a periodistas masculinos, o incluso les ofrecen salarios más elevados.
Aunque el papel profesional de las mujeres ha cambiado a medida que han ido adquiriendo empleo e independencia económica, su papel social tradicional centrado en la esfera doméstica como cuidadoras y madres ha permanecido inalterado. Este factor tiene un impacto significativo en la participación y el acceso de las mujeres a hacer oír su voz en el panorama de los medios de comunicación.
Además, las redes sociales han pasado de ser una herramienta que ayuda a las periodistas a acceder al público y mostrar sus logros y producciones mediáticas a ser un medio utilizado para intimidarlas, despreciar su producción, ridiculizar su aspecto e inmiscuir cese en la intimidad de sus familias.
La pandemia del coronavirus ha obstaculizado la participación de las periodistas palestinas en el panorama mediático. Aunque muchas periodistas palestinas han demostrado sus méritos en la cobertura mediática de los eventos durante la pandemia, algunas instituciones mediáticas han explotado las circunstancias provocadas por la pandemia como pretexto para despedirlas.
Según un informe publicado por la Oficina Central Palestina de Estadística (PCBS), las tasas de pobreza y desempleo se han disparado en Palestina en los últimos años. Esta crisis ha aumentado con la pandemia del coronavirus. La crisis obligó al gobierno palestino a declarar medidas de bloqueo como medio para combatir el brote pandémico y garantizar la seguridad pública. Sin embargo, estas medidas han provocado una escalada de violencia contra mujeres, niños, personas mayores y con diversidad funcional.
La violencia contra las mujeres en Palestina no cesará si no se abordan en serio las facetas de la masculinidad a todos los niveles, como en cualquier otro lugar del mundo. Esta cuestión se ha vuelto más importante y urgente que nunca porque la liberación de Palestina, en el horizonte, no se hará realidad sin la liberación de las mujeres palestinas.
Respecto a la migración, el pueblo palestino ha sufrido la migración forzada a causa de la ocupación israelí en 1948. Las repercusiones siguen siendo perceptibles a nivel político, económico y social. Enfrentados a una situación trágica, los jóvenes palestinos emigran, especialmente de la Franja de Gaza, dada la falta de oportunidades de empleo y el deterioro económico después de los 14 años de asedio israelí a Gaza. Esta situación se vio agravada por las guerras israelíes contra Gaza en 2008, 2012, 2014 y 2021, que se cobraron vidas y causaron miles de heridos y elevaron las tasas de pobreza y desempleo a niveles récord, sin perspectivas de mejora de la situación.
Sin embargo, los jóvenes palestinos han demostrado su capacidad para influir y conseguir cambios sobre el terreno, así como para construir la unidad nacional entre los palestinos de Cisjordania, la Franja de Gaza, los territorios ocupados en 1948 y la diáspora en una lucha compartida tras los desplazamientos forzosos de Sheikh Jarrah y la embestida contra Gaza. Han ofrecido esperanza en la capacidad de conseguir cambios y tener impacto sobre el terreno.
Creo que las mujeres y jóvenes palestinos tienen mucha capacidad y fuerza para resistir y mirar hacia el cambio. Siempre considero la fuerza y la toma de decisiones a distintos niveles y veo a las mujeres como responsables de la toma de decisiones a numerosos niveles. A pesar de los muchos factores que militan en contra de la capacitación de las mujeres y la igualdad de género, además de la exclusión de la juventud de la participación, contar con la juventud sigue ofreciendo la esperanza del cambio.