Inés Ayala, política y sindicalista

Inés Ayala, política y sindicalista

Inés Ayala, eurodiputada por el PSOE (Partido Socialista)

Por Pilar Barranco

Mujer militante del PSOE y sindicalista, a eurodiputada aragonesa Inés Ayala es activa, lleva su tierra muy dentro, incluso afirma echar aún de menos a sus alumnos de literatura de la Universidad de Zaragoza, y que lucha por hacer oír la voz de Aragón desde el corazón de Europa.

Pasa su vida a caballo entre el Parlamento Europeo, en Bruselas, Zaragoza, y Alemania, de donde es su marido, y tiene que compaginar todo esto con su trabajo en cuestiones tan relevantes para Aragón como las comunicaciones transfronterizas, el reparto de fondos europeos, asuntos relacionados con el desarrollo sostenible… Con todo, afirma ser una apasionada de su trabajo.

¿Cómo es el día a día de una eurodiputada?

Esencialmente consiste en seguir los informes y ponencias en las comisiones correspondientes. Así, hacemos el seguimiento de un tema europeo concreto desde que la Comisión la pone encima de la Mesa del Parlamento, y se trabaja en un ciclo de cuatro semanas. En la primera vamos viendo y votando el informe y sus enmiendas; la siguiente discutimos en los grupos los informes ya votados, que van al plenario; la tercera semana se tiene el pleno en Estrasburgo. La cuarta es la semana de Comisión o semana de mini-pleno.

Así, pasamos tres semanas al mes en Bruselas, donde tenemos nuestro despacho y hacemos el trabajo diario, y una cuarta en Estrasburgo, donde se trabaja cuatro días durante mañana, tarde y noche. Ese sería el ciclo parlamentario.

Así que es más duro de lo que la gente puede llegar a pensar…

Sí, pero, además, para cumplir con este ciclo parlamentario, también trabajamos en su preparación y recibimos a todas las asociaciones, grupos de presión, vemos a los funcionarios de la Comisión y de todas las representaciones para coger puntos de vista sobre los informes. Por ejemplo, ahora estamos viendo el tiempo de conducción y descanso de los camioneros europeos, y para ello hemos recibido a asociaciones de empresas de transporte, a sindicatos y trabajadores, hemos estudiado información del consejo de la seguridad vial…También participamos en conferencias y reuniones, todo esto sería el trabajo complementario al estrictamente parlamentario.

Desde Aragón parece que Europa está muy lejos, pero en Bruselas también se cuecen temas que son de relevancia para la Comunidad…

Claro que en Bruselas hay temas que nos afectan, y eso se vio en su día especialmente con el bloqueo al trasvase del Ebro. Ahora estamos haciendo un trabajo cotidiano para conseguir una mayor sensibilidad no solo de los franceses, sino de toda Europa a los temas de la necesaria permeabilización de los Pirineos. Día a día trabajamos con todas las delegaciones y con el comisario, que por cierto es francés. Pero también hay otros temas que aunque parezcan tener menos relevancia, también son importantes, así hemos estado en la conciliación de los tiempos de conducción para los camioneros europeos y ahí también entran los españoles.

Permeabilización de los Pirineos

¿En que punto está en Bruselas el tema de los pasos trasfronterizos y las comunicaciones con Europa?

Es un tema en el que se está trabajando ahora. Dentro de los ejes de redes transeuropeas, ya se han aprobado los 30 proyectos prioritarios. Entre ellos está en el proyecto 16, que es el que une Algeciras – París a través de la travesía central de los Pirineos, pasando por nuestra Comunidad. Se está preparando la infraestructura técnica necesaria para la financiación de estos proyectos y la Comisión está haciendo un gran esfuerzo, y ha multiplicado por cinco el presupuesto destinado a ello; el Parlamento lo ha ratificado.

Se exige al Consejo que mantenga los 20.000 millones de euros para estas redes y además estamos analizando y revisando una serie de propuestas de la Comisión. Por ejemplo se ha puesto en marcha la figura de coordinador de los proyectos de redes transeuropeas. También se está poniendo en marcha una agencia ejecutiva para estas redes, y otras propuestas que vienen de economía, en las que se plantean alternativas de financiación como pueden ser grandes préstamos y estamos definiendo un nuevo instrumento de garantía al efecto. Precisamente, yo he pedido ser la ponente en este tema, porque veo que todo lo que sean relaciones entre capital público y privado para estos proyectos, es fundamental.

Además, en muchas ocasiones he hablado con el comisario de transportes para recalcar la importancia que tiene el abrir las comunicaciones, que hay que financiar, que hay que dar razones a Francia…

En este asunto, Aragón tenía grandes expectativas ante la Cumbre Hispano-Francesa , pero finalmente se quedó frío porque parece que Francia está echando todo para atrás. ¿Qué repercusiones de esta reunión han llegado a Bruselas?

Las relaciones bilaterales, teniendo en cuenta la situación de Francia, no es una cosa gratuita, sino que responde a un parón en el país vecino y a una cierta expectación ante Europa. Sin ir más lejos, dijo que no a la Constitución. Un proyecto de la envergadura como la travesía central no se consigue de un día para otro y los ministros franceses no lo tienen en su agenda cotidiana.

Para Bruselas, sin embargo, la cumbre sí que obtuvo algo positivo y es que el acuerdo al que se llega sobre este paso, aunque no es ejecutivo, muestra un compromiso para lanzar los estudios. Se trata de algo fundamental, porque nos falta que la otra parte decida por dónde tiene que salir el túnel. Al acordar los estudios se impulsará que tengamos la parte que nos falta para poder avanzar en nuestras propuestas. Claro que Aragón quería sacar de la cumbre un acuerdo para empezar a picar al día siguiente, de ahí que no se cumplieran las expectativas. En cambio, para los que vivimos el día a día en el Parlamento, llamando todos los días a la puerta del comisario, nos ha servido mucho. Es un avance tener un texto que dice que los estudios se pueden empezar y tienen que estar en 2008.

Defensa de la región

Las regiones cada vez piden más voz en Europa, pero ¿cómo se puede lograr eso?

Entre las instituciones europeas está el Comité de las Regiones, que es donde hacen oír su voz. En el Parlamento las listas son nacionales, pero los parlamentarios, cada vez más, tienen una fuerte relación con las regiones de origen, ya que existe una necesidad, aunque busquen el interés nacional, de poder basarse en las experiencias más cercanas. Así, ahora hay más capacidad de defensa de los intereses regionales. En la Constitución europea eso se vería reforzado, porque el principio de subsidiaridad en su aspecto más positivo está consolidado. Estos días hemos comentado que habrá que vertebrar que esa subsidiaridad, cuando la Constitución esté aprobada, de tal manera para que los Parlamentos regionales puedan hacerse oír a la hora de aprobar la legislación europea.

Mientras tanto, los diputados que tenemos una circunscripción, además combativa como es la aragonesa, defendemos la agenda buscando la forma de compaginar el interés europeo con el ámbito más cercano. Eso se ve muy claro en las cuestiones de los pasos transfronterizos.

A propósito de eso, por los pasillos del Parlamento europeo se oye el comentario de que Aragón tiene una fuerte defensa en Europa debido al trabajo que usted realiza. ¿Cómo es esa lucha por Aragón?

A mí me da mucha seguridad tener la agenda tan clara. Por una parte es una necesidad personal tener un mandato regional y a la vez europeo, ya que somos una puerta hacia Europa. Yo lucho en el día a día sobre todo tratando de convertir los intereses regionales en europeos. Cuando acudo a las instituciones y veo la posibilidad, me levanto diciendo que en mi región ocurre esto, que es casualmente lo que ocurre en otro ámbito europeo ya sea en temas de logística, sequía, comunicaciones o, incluso, lingüísticos.