María Badia, eurodiputada por el PSC (Partit Socialista de Catalunya)
Por María José Ruiz Fité
Nació en Sant Quirze del Vallés, una población cercana a la ciudad de Barcelona, y en su Universidad Autónoma se licenció en Filología anglo-germánica. Después trabajó como secretaria de Dirección, profesora de lengua inglesa y como jefa de la secretaria de la Presidencia del Parlamento de Cataluña.
A finales de los años setenta se afilió al Partit Socialista de Catalunya (PSC), y dentro de esta formación ha ido desarrollando su carrera política, en donde ahora ocupa diferentes responsabilidades como la secretaria de Política Europea e Internacional del PSC, además de ser miembro de su Comisión Ejecutiva.
En algunas de sus intervenciones Maria Badia ha declarado que sus señas de identidad son la cultura y la lengua catalana porque toda su familia proviene de Cataluña, incluso de la que forma parte del estado francés, la que se conoce con el nombre de Cataluña Norte.
Por esta doble procedencia, tal vez, ella entienda mucho mejor que otras personas lo que supone sentirse europea, y defender los valores que nos permiten construir, día a día, un espacio común llamado Unión Europea, como le sucedió a uno de los padres fundadores, Robert Schuman, que fue ciudadano alemán y francés a lo largo de su vida, pero que soñaba con ser únicamente ciudadano europeo.
Este año estamos celebrando los 50 años de la construcción europea. A lo largo de este tiempo ¿cuáles son los hitos que han ido ayudando a conseguir una mayor equiparación hombre-mujer dentro de la Unión Europea?
Desde que el Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica Europea, ahora hace 50 años, obligó a los Estados a garantizar la aplicación del principio de igualdad de retribución entre los trabajadores y trabajadoras por la realización de un mismo trabajo, la legislación comunitaria ha permitido a los Estados Miembros desarrollar las leyes más importantes en materia de igualdad de trato y de oportunidades entre hombre y mujer
La Unión Europea, después de desarrollar 5 planes de acción para luchar contra las desigualdades por razones de género, ha aprobado recientemente la creación de un Instituto Europeo para la Igualdad de Género, una hoja de ruta para conseguir la igualdad entre los hombres y las mujeres, y nuevas medidas para la aplicación de la igualdad de manera transversal en todas las políticas de la Unión.
Muchos de los ámbitos en los que la Unión se propone alcanzar los objetivos de igualdad -y que implican a los diferentes niveles de gobierno- son: conseguir la misma autonomía económica para hombres y mujeres; conciliar la actividad profesional y familiar; promover la participación paritaria en la toma de decisiones en el ámbito político, económico, científico y tecnológico; erradicar la violencia de género y el tráfico de seres humanos; y eliminar los estereotipos sexistas de la sociedad. Desde esta perspectiva, el plan de trabajo de la Unión Europea instituye un instrumento de acción y de reflexión para conseguir la igualdad real de género fomentando la educación a las niñas y mujeres como vectores de empoderamiento , emancipación e integración; y promoviendo la consciencia de los propios derechos.
En qué medida las mujeres europeas hemos contribuido a la construcción comunitaria?
Las mujeres, gracias a nuestra lucha comprometida por la igualdad y por la paz hemos contribuido a mejorar las políticas comunitarias en muchos ámbitos, que van desde la política exterior y en el ámbito de la resolución de conflictos y de los derechos humanos, hasta políticas sociales y de empleo, de medio ambiente, de educación y cultura, etc. En cada uno de estos ámbitos, la forma de trabajar y de ver las cosas desde un punto de vista “femenino” ha aportado una nueva luz y nuevos enfoques que han enriquecido el debate de la integración europea
¿Qué significaría la victoria de Ségolène Royal en las elecciones francesas para la Unión Europea?
Es una victoria que aportará a Europa más políticas de izquierda, que reforzará las políticas de cohesión y de aproximación a los ciudadanos, con una nueva manera de hacer política más transparente y dirigida al interés real de la ciudadanía.
¿Se ha notado de alguna manera especial que, durante este semestre, al frente de la presidencia de turno, se encontrara una mujer, la Sra. Angela Merkel?
No me atrevería a asegurar que la razón por la que se hayan producido ciertos cambios sea que la cancillera es una mujer, pero sí que ha habido un avance en la cuestión de poner blanco sobre negro respecto a la situación de estancamiento en que se encuentra Europa y sobre las propuestas para salir de la crisis.
Se están dando muchos pasos para conseguir que las listas electorales sean paritarias a nivel nacional, pero luego el ejemplo que dan las propias instituciones europeas al nombrar a sus propios responsables parece que contradice un poco esa intención de paridad, ¿hasta cuándo se puede vivir con esta especie de contradicción?
La Unión Europea es un reflejo de las políticas de los Estados Miembro. Pero está claro que en la medida que haya más mujeres en el Parlamento Europeo, más mujeres podrán ocupar cargos de responsabilidad.
Usted participó en el 9° encuentro interparlamentario entre el Parlamento Europeo y el Parlamento Surafricano en Cape Town , celebrado el pasado mes de febrero, ¿cuáles fueron las principales conclusiones a las que llegaron?
De la reunión conjunta entre representantes de la Delegación de Sudáfrica del Parlamento Europeo y del Parlamento Surafricano, resultó la necesidad de institucionalizar un diálogo político más intenso e incluirlo en el acuerdo de cooperación entre la Unión Europea y este país, e iniciar los encuentros regulares sobre las diversas áreas que cubre el acuerdo, mejorar en definitiva, nuestra comunicación y el entendimiento mutuo.
La experiencia de reconciliación nacional que están llevando a cabo, ¿considera que es posible exportarla a otros países, como por ejemplo, el nuestro, en el caso de Euskadi?
El “modelo” europeo tiene como especificidad la diversidad cultural. Hemos hecho unión, pero respetando la diversidad cultural y lingüística. Nuestro lema es “Unidos en la diversidad”. Las explicaciones del comisario Orban me pareció que reflejaban cierto desconocimiento de la realidad lingüística de la Unión. Espero que dentro de unos días podamos contar con él como aliado en las cuestiones sobre lenguas europeas.
Para terminar hablemos de futuro, ¿hacia dónde camina, de verdad, la Unión Europea?, ¿Cuáles son los retos que, en su construcción, vislumbra usted, como más importantes?
El reto más importante es saber dar respuesta a los problemas que tenemos planteados a nivel global: paz, energía, cambio climático, migraciones, etc. Todos ellos necesitan de una respuesta común de la Unión, y para ello es necesario además de la voluntad de ser un actor global, de disponer de los medios necesarios, que son básicamente los que nos ofrece el Tratado Constitucional.