Saida Boudaghia Al-Azrak, periodista. Presidenta de la Asociación Malakat Información y Comunicación.
Hace 20 años de la última reforma de la Mudawana o código de familia en Marruecos. Desde entonces, progresivamente el movimiento de los derechos de las mujeres ha ido percibiendo que el código de familia en curso perpetúa una serie de problemas y discriminan a mujeres, niñas y al conjunto de la familia. Y debido a los avances sociales y culturales que la sociedad marroquí ha presenciado, comienzan a surgir voces pidiendo a gritos una profunda renovación del código de familia.
En septiembre de 2023, el rey de Marruecos, Mohammed VI, en calidad de “comandante de los creyentes”, envió una carta al primer ministro, Aziz Akhannouch, sobre la “reconsideración”, del código de familia.
Y dada la centralidad de la dimensión jurídica y judicial de este tema, el monarca señala que esta reforma debe realizarse de forma colectiva y conjunta con el Ministerio de Justicia, el Consejo Supremo del Poder Judicial y la Fiscalía Pública. Además, pidió a las citadas instituciones, que impliquen estrechamente a otros organismos directamente interesados, en particular: el Consejo Científico Supremo, el Consejo Nacional de Derechos Humanos, el Ministerio de Inclusión Social y Familia y ONG, investigadores, especialistas en género, feministas, etc.
Procesos a seguir y momento en el que estamos
El rey Mohammed VI dio un plazo máximo de seis meses para que estas instituciones ejecuten «amplias consultas participativas», con diferentes componentes de la sociedad y posteriormente, tendrán que presentarle propuestas de enmienda. Una vez que el monarca haya hecho su valoración, dará luz verde al gobierno para preparar un proyecto de ley que se someterá a la aprobación del Parlamento.
El pasado 30 de marzo venció el plazo de seis meses, y el mismo día las instituciones encargadas hicieron llegar las propuestas de enmienda al rey. Por lo que ahora, se está a la espera de lo que dicte el monarca.
Lo más destacado de la reforma y choque entre las dos tendencias
Las cuestiones más destacadas de esta reforma están relacionadas con el matrimonio de menores, las relaciones fuera del matrimonio y la igualdad en el reparto de la herencia.
Por lo que respecta al matrimonio de niñas, el derecho de familia marroquí prohíbe casar a menores de dieciocho años. Sin embargo, existe un capítulo legal que prevé una licencia excepcional para casarse con una menor bajo condiciones específicas. Por ejemplo, en situaciones sociales difíciles de una niña huérfana que no tiene quien lo cuide: un juez debe arbitrar y hacer una valoración por si otorga esta licencia excepcional, o no.
La corriente conservadora de la sociedad marroquí ha alabado desde siempre esa licencia y cree que el matrimonio con niñas menores no debería estar completamente prohibido. En cambio, la corriente progresista formada por activistas a favor de los derechos humanos de las mujeres y de la infancia creen que es necesario respetar los derechos de las menores. Conceder una licencia excepcional perjudica la dignidad de las menores y les causa graves daños psicológicos y físicos. Por tanto, se espera que la nueva reforma restrinja, aún más, esta licencia ya que se trata de una demanda social urgente que busca el interés de las niñas de acuerdo con la legislación nacional e internacional.
Por lo que respecta a las relaciones fuera del matrimonio, el capítulo 490 del código penal marroquí penaliza las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Y toda relación entre hombre y mujer a los que no les une el matrimonio significa adulterio y, por tanto, constituye un delito que se castiga con una pena que oscila entre un mes a un año de cárcel.
La corriente progresista opina que este capítulo contradice las libertades individuales y las obligaciones internacionales de Marruecos en el ámbito de los derechos humanos, y exige su abolición basándose en que no se puede penalizar a dos personas que ejercen un derecho de mutuo acuerdo, y sin causar daño a nadie. Mientras, el sector conservador lo ve como una destrucción de la moral de la sociedad marroquí y una invitación a la indecencia.
En cuanto a la igualdad en el reparto de la herencia, existen tres puntos que engloban una gran injusticia para las mujeres.
1º – La sharia es la ley religiosa islámica que regula todos los aspectos públicos y privados de la vida de los musulmanes, y dicta que la parte heredada por un varón de la familia es superior a la de su hermana. Por poner un ejemplo, en una familia donde haya un hermano y dos hermanas, el 50% lo heredará el hombre, y el otro 50% se repartirá entre las dos hermanas.
2º – Cuando muere el cónyuge, la viuda sólo hereda el 12% del patrimonio conyugal. Y si el matrimonio no tiene hijos, el resto de la herencia se reparte entre los familiares cercanos a la víctima, sobre todo a los hombres.
3º – En la sharia hay una modalidad llamada “Ataasib” y consiste en que cuando muere un padre de familia teniendo sólo hijas, una parte de la herencia se traslada a los varones cercanos al difunto.
Actualmente estas tres cuestiones son objeto de un gran debate ético y moral en Marruecos. Los progresistas defienden que los tiempos han cambiado, y que la situación de las mujeres ha experimentado grandes transformaciones ya que, actualmente, la mujer es cabeza de familia y asume responsabilidades al igual que el hombre, por eso piden que se haga justicia al reparto de la herencia. En cambio, los conservadores se basan en que la ley islámica lleva mil cuatrocientos años aplicando este baremo de reparto, y no se puede modificar el mandato de Dios.
Conclusión
En este artículo sólo he tratado los puntos más controvertidos a los que aspira la mayoría del componente progresista de la sociedad marroquí, que han hecho infinitas campañas para que su voz llegue a las autoridades competentes en esta materia. Pero, en general, muchos aspectos del código de familia actual suponen una discriminación importante entre mujeres y hombres. ¡No es justo que siga en vigor mientras que las mujeres al igual que los hombres, tienen las mismas obligaciones!
A priori, las aspiraciones a mejorar la situación jurídica de las mujeres, de los niños/as y el conjunto de la familia marroquí, y las ilusiones de abrazar aires de cambio están en manos del rey Mohammed VI, y sólo debe prevalecer el sentido común.