Violencia contra las mujeres en Francia

Violencia contra las mujeres en Francia

Text y foto: Julie Go, Forum Femmes Journalistes de la Mediterranée

La situación de las mujeres en Francia no es de color rosa. La principal reivindicación de los movimientos feministas franceses es el acompañamiento de las mujeres en caso de denuncias por agresiones sexuales y maltratos conyugales. Según l’Observatoire national des violences faites aux femmes («el Observatorio de las Violencias hacia las Mujeres») entre el 10 % y el 12 % de las víctimas denuncian, y entre ellas, menos de un décimo obtiene justicia. Los plazos son largos y las investigaciones están mal hechas.

Muy recientemente y en casi todo el mundo occidental, el caso más mediático es el de Gisèle Pelicot, una mujer de Mazan cuyo esposo la drogó durante años para ofrecerla a otros hombres y que ellos la violaran mientras dormía. Entretanto él grababa toda la escena. Estos hombres eran reclutados a través de un foro titulado en francés «A son insu” (“sin que ella lo sepa”). Cincuenta de los ochenta hombres filmados han sido identificados y están siendo procesados. A pesar de todo, algunos niegan la violación argumentando que creían que a Gisèle Pelicot (quien estaba dormida debido a las drogas en el momento en que la penetraban) «le gustaba esto».

El marido fue arrestado inicialmente por filmar bajo las faldas de mujeres en un supermercado, y luego su ordenador fue revisado. Así fue como encontraron los videos. Su ADN también parece estar relacionado con un caso de asesinato y otro de violación seguido de un intento de asesinato. Ambos casos ocurrieron en los años noventa.

Otro caso es el de una joven de 19 años llamada Philippine, que fue asesinada por un hombre que ya había violado antes y había sido condenado a solo cinco años de prisión. Violó y asesinó a esta mujer pocos días después de su liberación. Como este hombre es de origen inmigrante, los nacionalistas utilizan este hecho en contra de las personas migrantes en general, pero para las feministas el problema es que una pena de cinco años es demasiado corta para una violación.

En 2018 y 2019 hubo un movimiento muy importante contra la violencia conyugal que se desmoronó cuando su iniciadora, Marguerite Stern, fue acusada de «transfobia». Se lanzó una recaudación de fondos en línea para pagar a un sicario para asesinarla por transfobia, y luego ella se acercó a la derecha radical, publicando un libro titulado “Transmanía”. Esta obra fue publicada por una editora considerada como cercana a la extrema derecha. El resultado demagógico es que este libro ha sido acusado de incitar al odio hacia las personas trans.

El movimiento feminista francés está muy dividido sobre la definición de la palabra «mujer» (¿es mujer cualquier persona que dice serlo?, o para ello ¿se requiere haber nacido con sexo femenino?). Pero no es el único punto de quiebra. También existen tensiones sobre la prostitución (Francia prohíbe el consumo de mujeres en situación de prostitución) y la cuestión del foulard-velo islámico.

El 8% de los franceses son de cultura musulmana. Hasta los años 1960, Marruecos y Túnez eran colonias de Francia y Argelia era un departamento francés (como cualquier región lo es en España). La gente que emigró a Francia en esa época no emigró técnicamente –en el sentido que legalmente no cambiaron de país- pero sigue habiendo racismo hacia sus descendientes.

Muchas feministas alertan de que el foulard-velo no es necesariamente musulmán, sino un símbolo de su versión religiosa radical, y que desde los noventa ha habido una explosión de su uso dentro de la población de cultura musulmana (que está presente desde los años cuarenta y cincuenta). Otras feministas tachan la crítica a las prendas que tapan la identidad o parte del cuerpo de las mujeres, de islamofobia y racismo.

Las desigualdades entre hombres y mujeres no solo se refieren a la cuestión de las violencias sexuales, sino también a las desigualdades salariales, las diferencias en cuanto a la orientación educativa (las mujeres están más inclinadas a no elegir carreras científicas, etc.). Sin embargo, ante la magnitud de las agresiones sexuales (violaciones dentro de la familia o pederastia son casi un tabú) y la pérdida de energía que representan las tensiones internas, los movimientos feministas franceses parecen centrarse en la cuestión de la gravedad de la violencia sexual.